Le llaman la 'crisis del cuarto de vida'.
Te empiezas a sentir inseguro y te preguntas dónde estarás en un año o dos, pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes donde estás ahora.
Te empiezas a dar cuenta de que hay un montón de cosas sobre ti
mismo de las que no sabías y que quizás no te gusten.
Te empiezas a dar cuenta de que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años atrás.
Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y
coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudio, pareja, etc...
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que
sirve como excusa para charlar un rato.
Las multitudes ya no son 'tan divertidas'... hasta a veces te incomodan.
Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de
socializar con la misma gente de forma constante.
Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos
amigos, otros no eran tan especiales después de todo.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y
que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son
exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente
con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más
importantes para ti.
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.
Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste
tanto te pudo hacer tanto mal.
O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no
puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como
para querer conocerlo mejor.
Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a casarse.
Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no
estás seguro si te sientes preparado para comprometerte por el
resto de tu vida.
Atraviesas por las mismas emociones y preguntas una y otra vez, y
hablas con tus amigos sobre los mismos temas porque no terminas
de tomar una decisión.
Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido.
Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa
mucho dinero para tu pequeño sueldo.
Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que
pensabas que estarías haciendo.
O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que
comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti
mismo, sobre lo que quieres y lo que no.
Tus opiniones se vuelven más fuertes.
Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y
adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no
lo es.
A veces te sientes genial e invencible, y otras... solo, con miedo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado,
pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.
Te preocupas por el futuro, préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti.
Y mientras ganar la carrera sería grandioso, ahora
tan solo quisieras estar compitiendo en ella.
Lo que puede que no te des cuenta es que todos
los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello.
Todos nosotros tenemos 'veintitantos' y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces.
Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un
desbarajuste en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor
época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por
culpa de nuestros miedos...
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro.
Parece que fue ayer que teníamos 16...
¿¡Entonces mañana tendremos 30!?
¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!???
HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO... QUE NO SE NOS PASE!
La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento.
Te empiezas a sentir inseguro y te preguntas dónde estarás en un año o dos, pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes donde estás ahora.
Te empiezas a dar cuenta de que hay un montón de cosas sobre ti
mismo de las que no sabías y que quizás no te gusten.
Te empiezas a dar cuenta de que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años atrás.
Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y
coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudio, pareja, etc...
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que
sirve como excusa para charlar un rato.
Las multitudes ya no son 'tan divertidas'... hasta a veces te incomodan.
Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de
socializar con la misma gente de forma constante.
Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos
amigos, otros no eran tan especiales después de todo.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y
que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son
exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente
con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más
importantes para ti.
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.
Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste
tanto te pudo hacer tanto mal.
O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no
puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como
para querer conocerlo mejor.
Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a casarse.
Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no
estás seguro si te sientes preparado para comprometerte por el
resto de tu vida.
Atraviesas por las mismas emociones y preguntas una y otra vez, y
hablas con tus amigos sobre los mismos temas porque no terminas
de tomar una decisión.
Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido.
Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa
mucho dinero para tu pequeño sueldo.
Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que
pensabas que estarías haciendo.
O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que
comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti
mismo, sobre lo que quieres y lo que no.
Tus opiniones se vuelven más fuertes.
Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y
adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no
lo es.
A veces te sientes genial e invencible, y otras... solo, con miedo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado,
pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.
Te preocupas por el futuro, préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti.
Y mientras ganar la carrera sería grandioso, ahora
tan solo quisieras estar compitiendo en ella.
Lo que puede que no te des cuenta es que todos
los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello.
Todos nosotros tenemos 'veintitantos' y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces.
Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un
desbarajuste en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor
época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por
culpa de nuestros miedos...
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro.
Parece que fue ayer que teníamos 16...
¿¡Entonces mañana tendremos 30!?
¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!???
HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO... QUE NO SE NOS PASE!
La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento.
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