Start Version: La mejor película producida de lo que va del año, y no me tiembla la lengua al decirlo. Como al mejor estilo Tarantino, diálogos hilarantes con secuencias igual de extravagantes que hacen pasar un momento totalmente genial. Sólo comete el pecado del exceso del desarrollo de las escenas y su ritmo cortante entre los planos.
“El cine constituye una posibilidad de abandono para la población civil, que no se ha sabido apreciar bastante. Por otra parte, un inmenso campo de acción se abre a los filmes alemanes en todos los países europeos. El filme alemán se encuentra frente a la posibilidad única de contribuir al trabajo de la formación política en el mejor sentido de la palabra.”
Joseph Goebbels, discurso pronunciado el 9 de febrero de 1934.
Esta película venía con la fama de ser la mejor cinta de Tarantino desde Pulp Fiction, a no ser porque entre ese intervalo realizó “otra” obra maestra.
¿Pero merece esta película tales calificativos? La respuesta es un claro SI. La última cinta del buen de Quentin está sobrada y abundante del buen cine. Desde su fotografía exquisita (que filmaron en el contiene Europeo) y un ritmo dividio en capitulos (como otra película suya) y lineal (a diferencia de Pulp Fiction), con unas actuaciones soberbias, de todos los integrantes, hasta un guión lleno de referencias cinematográficas.
Porque esta cinta demuestra que Tarantino sólo tiene un amor en este planeta y ese es el séptimo arte. La Segunda Guerra Mundial es sólo el escenario o el ambiente donde se desarrolla la historia para ensalzar y decir que el cine es el salvador del mundo. Literalmente hablando.
Esta película es inmensamente sensorial. Alejada por completo del clasicismo y melodrama del cine bélico ambientado en la WWII, esta cinta es la versión Hard Rock de ese lapso de la historia.
El argumento es simple. La eliminación de los judíos está en su apogeo pero a la vez, existe un grupo mercenario, llamados Los Bastardos, contratado para eliminar a la mayor cantidad de nazis posibles. Una exterminación por otra, claro, con su respectivas ventajas y diferencias. Y existe otro ingrediente que se mezcla dentro de este buffet de sensaciones que hará que el camino de los Basterds contra los nazis se vuelva aún más interesante. Y esto es la vengaza de una chica judía que desea ver arder a la mayor cantidad de alemanes posibles. Y estas tres corrientes se unen en un final tan hilarante como romántico, en un cine francés (justamente donde el cine se conoció por primera vez) que representará el mismísimo infierno de las pesadillas de Dante.
Venganza, cine, arte, historia, fantasía, todo esto es la mezcolanza que surge de la mente del oriundo de Tennessee, para satisfacernos por 2 horas y medio del mejor espectáculo del año (hasta ahora).
Lo que más deseo destacar de este film, es que pienso que esta es la película de Tarantino con mejores actuaciones hasta ahora. Todos, absolutamente cada uno de los integrantes de esta historia sacada de la mente del director de Perros de Reserva, tienen una razón y un porque están allí. Yo al inicio del rodaje de esta cinta cuando se seleccionaban los elementos del casting no creí nunca que fuera un buen ensamble de actores. Muchos desconocidos y pensaba yo totalmente fuera de lugar en este tipo de historia. Pero que equivocado estaba y que razón tenía Taratino para escogerlos. Desde Eli Roth que está magnífico como ese sanguinario exterminador de nazis, pasando por la bellísima, Mélanie Laurent como la herida y sedienta de venganza Shosanna Dreyfus, siguiendo con el carismático Brad Pitt como Aldo Raine (un tipo de Alter ego del mismo Tarantino) y asi cada uno de los actores que forman todo su conjunto.
Pero hay uno que sobresale ante los demás y que para quien escribe, es la clave del éxito y del buen momento que pasa uno al estar frente a esta película: Christoph Waltz o mejor conocido dentro del universo Tarantino, Col. Hans Landa.
Waltz, que en estas tierras es un total desconocido, pero en Austria y Alemania es un reconocido histrión en televisión y teatro, se pasa y se lleva totalmente todos los reflectores cuando sale en pantalla. Puede cambiar desde un hombre realmente educado, refinado, con un gran dominio de los idiomas (en la cinta pudo pronunciar 4 tipos de lenguas diferentes con una fluidez sensacional), hasta un sanguinario, traicionero, cínico y asesino y hacerlo con una naturalidad que sorprende y hasta asusta. Parece como si hubiera nacido para este personaje. Es como “el Joker de la cinta“, con sus obvias diferencias claro.
No exagero que Waltz es el alma de la película, y que sin él, Bastardos sin gloria hubiera sido un entretenido producto para pasar un momento agradable y olvidable. Tal vez ni eso. Y siento merecidísimo su galardón como mejor actor en el pasado Festival de Cannes y pronostico su participación en la terna de Actores de Reparto en la próxima edición de los Oscars.
Recomiendo Inglorious Basterds porque es una cinta tan adictiva como un buen café o un excelente chocolate. Me encanta porque demuestra el poder de las imágenes para atraer de nuevo a la gente y no recordar, sino volver a vivir esa sensación al momento de visionar sus planos. Allí me di cuenta que uno no regresa al cine para volver a ver a un personaje escuchar decir una línea de diálogo, sino los gestos o acciones que hace para demostrar algo.
Tal vez a algunos no les guste por su largas secuencias repletas de diálogos, y en parte tiene razón, el cine es imagen y no letra, pero Tarantino demuestra con maestría el manejo de los tiempos que cuando despues de tanto dialecto se llega al climax, te sobrepasa una sensación de alivio y a la vez de exaltación. Como si descargaras todos tus sentimientos despúes de tanto tiempo tenerlos guardados. Pienso yo que su error, es el extraño manejo de las secuencias de los planos, cortando el ritmo como para no darnos tregua al momento de mirar su obra y estar siempre atentos o despiertos. Algo que no me agradó porque la película pierde algo de unidad al tiempo de que transcurren los minutos.
Tarantino empezó a imaginar el desarrollo de esta historia desde 1998, afirmando que sería su más grande película. Y como el mismo Aldo Reines afirma al acto de marcar a un nazi -“I think this might just be my masterpiece” (“Pienso que esto podría ser mi obra maestra”)- Tarantino siente que esta podría ser la buena. Pero con todo respeto señor Tarantino, pero este humilde servidor cree que se adelantó unos cuantos años porque Kill Bill 2 salió hace tiempo atrás.
Y eso ya es dificil de superar.
P.S. Si quieren ver un divertido video de “El orgullo de la Nación” la película que el personaje de Goebbels dentro de ‘Bastardos sin Gloria’ exhibe para alzar el poder ario, lo pueden hacer aquí y aquí. Comentar que fue dirigido por Eli Roth, el mismo que Hostal, todo un ejemplo de “meta-cine”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esto